El emperador del norte: los fugitivos del tren

Esta semana en ¡Cinéfilos al tren! te traemos una película ferroviaria de lo más interesante: El emperador del norte, dirigida por Robert Aldrich (Doce del patíbulo) en el año 1973.

Esta semana en ¡Cinéfilos al tren! te traemos una película ferroviaria de lo más interesante: El emperador del norte, dirigida por Robert Aldrich (Doce del patíbulo) en el año 1973.
Uno de los carteles de El emperador del norte. Foto: Filmaffinity.

Cómo convertirse en el emperador del norte

El emperador del norte se ambienta en el Oregón de 1933. Allí, la Gran Depresión ha dejado una gran cantidad de vagabundos que usan los trenes de mercancías para desplazarse entre estados de forma ilegal. Uno de los maquinistas es Shack (Ernest Borgnine, Grupo salvaje), un sádico que ha prometido que ningún vagabundo montará en su tren. Hasta el momento ha cumplido su palabra, llegando a deshacerse de aquellos a los que ha encontrado.

Sin embargo, el vagabundo denominado A1 (Lee Marvin, El hombre que mató a Liberty Valance) conseguirá burlar al maquinista y sobrevivir al viaje. Esta hazaña le convierte en una suerte de leyenda local y se gana el apodo de El emperador del norte. Pero su vida se complica (aún más) cuando a los riesgos ya conocidos se le suman la amenazas de dos vagabundos dispuestos a arrebatarle el título.

Una película interesante en muchos aspectos

La figura del hobo está íntimamente relacionada con el mundo ferroviario. Foto: Soerfm.
La figura del hobo está íntimamente relacionada con el mundo ferroviario. Foto: Soerfm.

El emperador del norte es una magnífica película con base histórica que sirve para conocer una de las principales repercusiones de la Gran Depresión: el aumento de los vagabundos.

De hecho, el tipo de sin hogar retratado en El emperador del norte es el denominado hobo, una persona que viaja allí donde puede trabajar. Además, está muy relacionado con el ferrocarril, ya que usa siempre el tren para desplazarse. De hecho, se especula con que el origen del propio término boho pueda tener un origen ferroviario al derivarse del saludo típico del sector «Ho, beau!«.

También hay que decir que la calidad de la película se debe en gran medida a la buena sintonía entre el director y los dos actores principales, que ya habían trabajado juntos en Doce del patíbulo (1967).

Como última curiosidad, comentar que Willis Kyle, presidente por aquel entonces de la Oregon, Pacific y Eastern Railway, permitió a la productora el acceso ilimitado a la flota de la compañía para rodar.

 

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