Divergente, la primera parte de una nueva saga de acción para jóvenes

Tras una gran acogida en Estados Unidos, en donde es número 1, el próximo miércoles, 30 de abril, llega a España la película Divergente; historia en la que el tren, que es casi el único medio de transporte, tiene un papel importante, al menos en los libros.

Divergente, la esperada adaptación del más reciente best-seller

Divergente está basada en la primera parte de la trilogía literaria escrita por Veronica Roth, que publicó el primer tomo con tan sólo 22 años. Leal, el último de los libros se ha publicado en todo el mundo a comienzos de este año y, aunque no se conocen datos oficiales, se estima que la trilogía ha vendido al menos 12 millones de copias en todo el mundo.

Divergente sigue la estela de sagas literarias para adultos jóvenes que tanto han proliferado en los últimos años, como Los Juegos del hambre o Cazadores de sombras. Dada la fuerte base de fans de este tipo de libros, la posibilidad de crear franquicias y el tirón de las tramas fantásticas y/o distópicas, estas novelas suelen verse llevadas al cine. Este año, sin ir más lejos, además de la segunda parte de Los juegos del hambre y Divergente podremos ver en pantalla grande The maze runner o Vampire Academy, títulos de menor calado que la trilogía que nos ocupa hoy.

Esta primera parte tiene un presupuesto estimado de 80 millones de euros y cuenta entre su reparto con estrellas de la talla de A , además de un elenco de jóvenes actores muy prometedores entre los que destaca la protagonista Shailene Woodley, nominada a un Óscar por su papel en Los descendientes junto a George Clooney.

Los productores ya han anunciado, tras haber logrado más de 50 millones de dólares en su primer fin de semana en taquilla en Estados Unidos, su intención de continuar con la saga y de, como es habitual, dividir el último libro en dos partes para concluir la historia con un total de cuatro películas.

La chica que sube al tren de los valientes

Divergente nos cuenta la historia de Beatrice ‘Tris’ Prior, una joven que vive en una sociedad futura distópica en la que los ciudadanos se dividen en cinco facciones: Los osados, encargados de la protección y la seguridad; los cordiales, destinados a asegurar la convivencia pacífica; los eruditos, centrados en el desarrollo del saber y la tecnología; los veraces, encargados de asegurar una comunicación veraz, y los abnegados, cuyo desinterés les permite ser los políticos ideales.

Tris pertenece a éste último grupo, pero llegada la prueba de selección, en la que a cada joven se le recomienda una facción acorde a sus aptitudes y se le permite elegir, descubre que no encaja claramente en un único grupo, hecho peligroso para su seguridad, y decide unirse a los osados para mantener así el secreto de su divergencia. Su decisión la implicará de lleno en una serie de maquinaciones políticas más complejas de lo que nadie podría esperar.

El tren, principal medo de transporte

Esta sociedad vive en lo que en otros y mejores tiempos fue una metrópolis, donde los coches y el combustible escasean y donde el medio de transporte más veloz y efectivo es el tren que cubre toda la ciudad. Dado el pragmatismo imperante no se trata, sin embargo, de un tren pensado para el uso público, sino que se destina al transporte de mercancías y apenas realiza paradas desde las fábricas hasta las afueras. Por ello los únicos que de verdad utilizan el tren son los Osados, que haciendo gala del arrojo y valor que se les presupone, se mueven de un lugar a otro subiendo y bajando del tren en marcha.

Fotograma de Divergente en el que se ve uno de los espectaculares saltos con el tren en marcha. Foto:  © Divergent The Movie.
Fotograma de Divergente en el que se ve uno de los espectaculares saltos con el tren en marcha. Foto: © Divergent The Movie.

Esto les permite desplazarse más velozmente que al resto de facciones, facilitando su tarea como vigilantes, y supone el rasgo más distintivo de los de su facción, para asombro del resto de ciudadanos.

Como curiosidad, y dada la importancia que tiene para la evolución de Tris el abandonar su espíritu abnegado y lanzarse a su nueva vida literalmente saltando de un tren, el director abogó por rodar las escenas de subida/bajada del tren de Divergente con el mayor realismo posible, haciendo que los actores tuvieran que correr detrás de los vagones y saltar desde trenes en marcha a unas velocidades de hasta 20 km/h., dando lugar a unas escenas realmente impactantes.

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