Visita a la Viena imperial

Nuestros días de InterRail llegan a su fin. Tras casi un mes viajando por el viejo continente, llegamos a nuestro último destino. De Budapest nos dirigimos a otra capital europea bañada por las aguas del Danubio: Viena.

Vista de Viena desde el Mirador de Kahlenberg.
Vista de Viena desde el Mirador de Kahlenberg. Foto: Philipp Rümmele.

Esta majestuosa ciudad imperial, capital musical de Europa, tiene mucho que ofrecer y nosotros pensamos descubrir todos sus secretos. ¿Te apuntas?

Una ciudad al servicio de la cultura

La imponente ciudad de Viena ha tenido gran protagonismo histórico por ser la ciudad de los Babenberg y de los Habsburgo (siendo esta última una de las casas reales más importantes de la historia de Europa) y capital de uno de los últimos imperios del viejo continente. Pero es curioso pensar que a pesar de tener tanta carga histórica, haya otra faceta casi tan conocida de Viena: su cara cultural.

Viena es una de las ciudades más antiguas de Europa, por lo que cuenta con un gran patrimonio artístico, pero destaca por su historia reciente. Durante el siglo XIX fue una de las grandes capitales musicales del Mundo y a principios del siglo XX meca de la filosofía y el debate político de Occidente, así como uno de los principales centros culturales mundiales.

Klimt, pintor modernista, nació en Viena.
Serpientes Marinas II, de Gustav Klimt. El pintor es uno de los vieneses ilustres. Foto:
bm.iphone.

Los músicos Schubert y Strauss (padre e hijo) están en la lista de los vieneses célebres, figuras mundialmente conocidas que dan fe del esplendor que la ciudad vivió durante el SXIX.

Y por favor, no nos olvidemos nunca de Gustav Klimt, padre de la pintura modernista con sus obras tan personales y que tanto han aportado a la comunidad artística.

Nuestros favoritos de Viena

Ya sabéis que en Ferro Raíl nos gusta mucho tirar de tópicos, por lo que iremos a la búsqueda de un vals al puro estilo Sissí emperatriz y un café vienés. Son cosas que hay que hacer, pero tendremos tiempo para más porque Viena da para mucho.

Lo principal es pasear por el centro histórico, que está reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad (y hay que hacer caso a la UNESCO porque entiende de estas cosas). Es interesante apreciar las aportaciones de las diferentes corrientes arquitectónicas al centro de la ciudad, sobre todo las de la Edad Media, el período barroco y el Gründerzeit. Pasear por las calles de Viena es hacerse partícipe de la historia de un imperio.

Viena mantiene su aire imperial.
Viena mantiene su aire imperial. Foto: Miroslav Petrasko.

Como en toda ciudad con tanto pasado, los edificios que merecen la pena ser vistos son innumerables. Si tienes tiempo te recomendamos que dediques a Viena todo lo que puedas, porque realmente siempre tiene algo más que enseñar. En nuestro caso el tiempo es bastante limitado, así que tendremos que prescindir de algunas visitas. Pero hay cosas a las que no renunciaremos:

  • Museo de Historia del Arte: esto es algo muy personal, puesto que no todo el mundo está dispuesto a pasar una mañana entera viendo arte, pero nosotros teníamos que ver las obras de Durero, el Bosco, Jan van Eyck, Van der Weyden, Caravaggio y Rubens.
  • Ópera Estatal de Viena: una de las más importantes del planeta y uno de los polos de atracción del mundo musical.
  • Palacio de Schönbrunn: el Versalles vienés en el que sentirse como en la corte de Sissí emperatriz.
El cinematográfico Palacio Schönbrunn.
El cinematográfico Palacio Schönbrunn. Foto: Arian Zwegers.
  • Ayuntamiento de Viena: impresionante edificio gótico que se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad.
  • Palacio Imperial de Hofburg: es el más grande de Viena. Fue residencia de los Habsburgo y actualmente del presidente de la República Austriaca.
  • Mirador de Kahlenberg: una de las vistas más espectaculares de la capital de Austria.
  • Cripta Imperial: situada en el interior de la Iglesia de los Capuchinos, alberga los restos de 149 Habsburgos.
Detalle de la cripta Imperial de Viena.
Detalle de la cripta Imperial de Viena. ©Fco. Javier Delgado.

 

Y hasta aquí nuestra visita a Viena. Esperamos que te haya gustado. Si te has quedado con ganas de más porque eres un melancólico y llevas todo el tiempo pensando en el Austria imperial y en Sissí, te dejamos un regalito:

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