Reflexión con La chica del tren

Amigos, ¡vuelve a ser jueves!, y por eso ya estamos aquí puntualmente trayéndote las mejores películas ferroviarias. Esta semana te contamos la historia de La chica del tren, una cinta del francés  André Téchiné estrenada en 2009.

Poster inglés de La chica del tren. Foto: Impawards.
Poster inglés de La chica del tren. Foto: Impawards.

¿Una historia ferroviaria?

Ya sabéis que nos gusta profundizar en los argumentos que nos proponen las películas y que para nosotros el término «película ferroviaria» es bastante amplio, abarcando casos que quizá los más puristas no tendrían en cuenta. Es por eso que hemos escogido La chica del tren para esta semana porque, si bien el tren en sí acaba teniendo poco protagonismo, lo que desencadena es brutal.

La chica del tren cuenta la historia de Louise y Jeanne, madre e hija francesas que viven con algunas dificultades. Un día una mentira de Jeanne parece cambiar la mala suerte de la joven pero, ¿a qué precio?

Con esta sinopsis puedes esperar miles de cosas diferentes pero ¿y si te dijéramos que la mentira tiene una gran repercusión social?

En realidad, La chica del tren cuenta la historia de cómo Jeanne se inventa que ha sufrido un ataque antisemita en la red de cercanías y el movimiento social que desencadena.

La historia real de La chica del tren

La película está basada en la historia real que tuvo lugar a las afueras de París en 2004, cuando una joven de 23 años denunció que había sido atacada en un cercanías por 6 magrebíes que creyeron que era judía. La noticia desencadenó en Francia una gran polémica y un movimiento social que quedó paralizado cuando pocos días después la mujer fue detenida por haber mentido en el testimonio.

La chica del tren nos parece una película muy adecuada para estos momentos porque, si bien el caso es totalmente diferente a los ocurridos a raíz del ataque a la sede de Charlie Hedbo, sí que refleja los principales miedos latentes de una sociedad multicultural

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