¡Olvídate de mí!, historia que (re)nace en un tren

Esta semana en ¡Cinéfilos al tren! cambiamos de tercio. Aunque normalmente estamos acostumbrados a tratar películas puramente ferroviarias, de vez en cuando es bueno recordar que existen otras, totalmente distintas, en las que el tren también tiene cabida. Son aquellas que se enmarcan en la cotidianidad, y en las que el ferrocarril es un elemento clave en la historia. Hoy hablamos de una de esas películas: ¡Olvídate de mí!, un drama estrenado en el año 2004.

Uno de los carteles de ¡Ólvidate de mí!. Foto: el peliculista.
Uno de los carteles de ¡Olvídate de mí!. Foto: El Pelicultista.

El ferrocarril, donde todo empieza

El tren se convierte en casi un personaje de esta historia al ser el elemento que permite a los protagonistas (re)conocerse. No es la primera vez que se utiliza este recurso en el cine. Sin ir más lejos, la película con la que estrenamos esta sección, Antes del amanecer, contaba con la misma premisa (aunque con diversas diferencias).

¿Y por qué siempre es el tren? os preguntaréis. Pues bien, es una respuesta bastante sencilla: el ferrocarril forma parte de nuestras vidas, y es un medio de transporte en el que se puede pasar mucho tiempo y permite más relaciones sociales que otros, como el avión o el autobús (aunque estos también se han usado en ocasiones como punto de encuentro). Además, en general los trenes cuentan con la ventaja de la puntualidad, lo que permite crear un escenario cotidiano con más facilidad, como sería la típica historia de la gente que uno siempre se encuentra en el tren al ir al trabajo.

Fotograma de la película ¡Olvídate de mí!. Foto: Yogashi.
Fotograma de la película ¡Olvídate de mí!. Foto: Yogashi.

En ¡Olvídate de mí!, sin embargo, no se usa la cotidianidad sino la coincidencia como premisa, lo que también puede servir para reforzar la idea de destino (como ya se hiciera en Antes del amanecer). Pero ya dejo de divagar, hablemos de la película.

¡Olvídate de mí!: un tren, dos personas, y una relación complicada

Joel (Jim Carrey, El show de Truman) es un hombre solitario y rutinario que un día decide hacer algo distinto y, siguiendo un impulso, decide coger un tren para viajar a un lugar desconocido. Allí conoce a Clementine (Kate Winslet, Titanic, El lector), una impulsiva chica de pelo azul.

Lo que puede parecer un primer encuentro se va descubriendo más bien como un reencuentro cuando el espectador se va dando cuenta de que ambos personajes se conocen, de hecho, muy bien.

Aquí empieza la historia de ¡Olvídate de mí!, una película que habla de relaciones tormentosas, amor y borrado de recuerdos.

No os quiero desvelar mucho para no estropearos la historia, pero es una película de lo más recomendable. Si yo no soy capaz de convenceros, espero que sus 64 premios (entre ellos 1 Oscar y 2 BAFTA) y sus 62 nominaciones lo hagan.

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